Prevención de la Violencia

En el año 2011, el Proyecto extiende su intervención con la implementación de Prevención de la violencia en escuelas y comunidad, buscando generar mecanismos de diálogo y construcción de paz no solamente entre los adolescentes en conflicto con la ley penal o actores involucrados de alguna manera con ellos, sino también en el ámbito educativo, familiar y comunitario con la finalidad de prevenir la violencia juvenil.

Para ello se decide hacer un estudio de la situación de violencia que se vive en la escuela y en la familia en el distrito de El Agustino (Lima), se elabora un estudio de Línea Base sobre la convivencia de seis instituciones educativas públicas del mismo distrito y se realiza un estudio exploratorio de tipo cualitativo sobre las prácticas de crianza en adolescentes agresores y jóvenes infractores de la ley penal. Se da inicio entonces al desarrollo de la experiencia de prevención con la aplicación de prácticas restaurativas en escuelas y en la comunidad de El Agustino.

Tdh y las Prácticas Restaurativas

El equipo de prevención del Proyecto tiene por objetivo desarrollar capacidades para la prevención de la violencia en diferentes actores de la escuela y de la comunidad del distrito de El Agustino mediante la implementación de prácticas restaurativas con docentes, padres de familia y líderes comunitarios.

En el 2011 se inicia la intervención de Prevención con la capacitación de “Promotores educadores contra la violencia familiar, abuso sexual, así como la transformación de los conflictos mediante las prácticas restaurativas”, dirigido a docentes de 8 escuelas públicas del distrito de El Agustino en alianza con el Centro Emergencia Mujer.

El año 2012 el equipo de prevención complementa este primer curso con sesiones prácticas cuyo objetivo principal es acompañar a los docentes en la aplicación de prácticas restaurativas en sus escuelas con sus alumnos y con los padres de familia. Se diseña un curso que exige de los docentes desarrollar sesiones preparatorias para el círculo con sus alumnos, talleres sobre pautas de crianza con sus padres y la aplicación de prácticas restaurativas para atender los conflictos que se presentan en el aula.

En ese mismo año se inicia un trabajo más sistémico con una de las instituciones educativas con la finalidad de que los actores involucrados no solo sean sensibilizados sino que analicen la situación de violencia en sus instituciones y que participen activamente en la búsqueda de soluciones de manera conjunta. Se decide entonces capacitar a docentes, auxiliares, directivos y líderes escolares para asegurar que las prácticas restaurativas sean incorporadas.

Gracias a esta experiencia participativa en la que se trabajó de la mano con el comité y la coordinación de tutoría, la dirección, los padres de familia, los representantes de estudiantes, los docentes y directivos, se realiza un Diagnóstico Participativo a finales del 2012.

En el 2013, el Proyecto decide trabajar de manera más integral con las dos instituciones educativas de El Agustino que tienen más docentes capacitados, a fin de generar mayor impacto en la instalación de las prácticas restaurativas en la escuela pública. Se diseña una estrategia de intervención que exige la participación de todos los actores de la escuela, paralelamente se desarrollan talleres con todos los docentes en las jornadas pedagógicas de las instituciones, se acompaña en el trabajo de tutoría y el desarrollo de círculos con docentes capacitados en prácticas restaurativas. Se realizan talleres con estudiantes en alto riesgo y con sus padres.

El equipo de prevención, observando los avances de las comunidades escolares, viene apoyando las iniciativas de docentes y directivos capacitados que de manera organizada, van instalando cambios en sus centros educativos, incorporando las prácticas restaurativas como una forma válida y eficiente de mejorar el clima escolar y la disciplina no sólo en la escuela sino que intentan llegar mediante las escuelas de padres a los hogares.

Actualmente el equipo de prevención viene trabajando en dos ámbitos: apoyando por un lado la gestión de dos escuelas públicas del nivel secundario de manera más orgánica, capacitando además de nuevos docentes, a los auxiliares y a líderes escolares y en la comunidad desarrollando habilidades para vida y prácticas restaurativas en adolescentes en conflicto con la ley penal del Proyecto y del Programa Justicia Juvenil Restaurativa del Ministerio Público, y en estudiantes del Centro Educativo Básico Alternativo Martín Luther King que acoge población juvenil en riesgo.

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