Experiencia en Haití

La Fundación Terre des hommes -Lausanne está presente en Haití desde 1989 con proyectos de salud y nutrición. Actualmente, la delegación maneja proyectos de agua, saneamiento e higiene, de reducción de riesgo de desastres y proyectos de protección. Tdh ha iniciado una investigación exploratoria sobre la situación de la justicia juvenil en Haití y los hallazgos revelan que hay una especialización muy débil de la justicia juvenil, débil garantía de los derechos dentro del proceso penal, condiciones de salud, agua e higiene precarias además de condiciones de detención extremadamente duras. Adicionalmente se identificó la ausencia de una política de prevención o de reintegración.

Situación general de la violencia y la delincuencia en Haití (Puerto Príncipe y departamento de Cayes)

La situación general de la violencia y de la delincuencia de jóvenes se analiza bajo dos aspectos: los aspectos coyunturales y los aspectos estructurales. La violencia estructural tiene su origen en las dificultades socio-económicas en las cuales el país ha estado sumergido por muchas décadas, las que se han exacerbado tras los diferentes desastres que ha conocido el país (terremoto en 2010, ciclones Isaac y Sandy en 2012, epidemia de cólera que sigue). Parece existir un fenómeno de bandas (Baz Labanye, Lame Ti Machete, Bois Neuf, Armée Sans Tete, Baze Solino, Rat) que actúa en zonas populares (tales como Cité Soleil, Grand Ravine, Bel Air, etc.) sin que se haya podido recolectar mucha información sobre este fenómeno durante la misión exploratoria. Un informe muy documentado de Athena Kolbe entrega muchas precisiones sobre este tema que no parece haber sido muy estudiado.

Por otra parte, los niños, niñas y adolescentes están sometidos a violencia familiar y comunitaria tales como la deficiencia familiar unida a una institucionalización (orfelinato), la situación de calle y la precariedad que aumenta más aún sus factores de riesgo (de caer en la violencia y la delincuencia).

 

Cabe destacar que se ha informado sobre casos de linchamientos públicos por parte de multitudes contra chivos expiatorios. Este estado de cosas muestra un clima de violencia latente, de al menos una parte de la población que busca tomar la justicia en sus manos, cuales quiera sean los medios. El informe de Michel Forst previamente citado, menciona que, en efecto:

  • Estas difíciles condiciones socio-económicas, unidas a una ausencia total de programas de prevención y de mecanismos de protección que reciben pocos recursos, conduce a los jóvenes a cometer infracciones de necesidad, tales como el hurto, pero también a actos de violencia entre jóvenes como asaltos (violencia física entre jóvenes de la calle), o violación y vandalismo. Testimonios coinciden en dar cuenta de una manipulación de los jóvenes por parte de los adultos (grupos criminales organizados) con fines criminales.
  • A estos fenómenos se agrega una violencia coyuntural, acrecentada por acontecimientos políticos y sociales más puntuales, pero que resultan en picos de violencia y de delincuencia: la crisis política que siguió a las elecciones senatoriales de noviembre de 2013, el carnaval, las huelgas por el precio de la gasolina, etc. Cabe destacar que las diferentes crisis coyunturales producen fenómenos criminales particulares. Es así como, por ejemplo, infracciones como las violaciones y la asociación ilícita aumentaron durante el carnaval.
  • La Brigada de Protección de Menores (BPM) en Puerto Príncipe recolecta las estadísticas oficiales sobre las infracciones cometidas (clasificadas por sexo), pero éstas no son comunicadas públicamente. La recolección de datos estadísticos es sistemática en Puerto Príncipe pero no necesariamente en los otros departamentos del país.
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